sábado, 14 de febrero de 2009

Día de San Valentín: Patrono del matricidio.

Hasta la tusa puede llegar a ser el mensaje publicitario de la obligación social de celebrar una festividad cristiana. Ni siquiera la iglesia católica esta segura de la existencia de este mártir, que se supone cazaba a los guerreros romanos de manera prohibida y obviamente escondido.

Se supone que se celebra el amor o el enamoramiento, pero bajo las faldas de la conmemoración, la iglesia católica te dice CASATE. No te puedes enamorar si no es comprometiéndote. No puede haber amor sin obligación. Otros dicen que no es obligación porque se hace con amor. Una falacia cristiana para obligarte a amar, para martirizar a las “solteronas” y “solterones”. Para negar la libertad del sexo y el amor libre.

La pregunta cabe de cajón: ¿San Valentín cazaba parejas del mismo sexo? ¿Pueden celebrar el amor quienes no son heterosexuales? Legalmente no, porque no se pueden cazar, porque su amor no es reconocido socialmente, porque los prejuicios no cesan ni siquiera en las festividades.

Personalmente la metralleta de ofertas me tiene sin cuidado. Que me recuerden la efeméride a cada momento me atormenta. Dan ganas de silenciar el mensaje, dan ganas de gritar que ya lo sé, que te calles y dejes de repetirlo.

Otras cosas pasaron en el mundo en esta fecha. Eventos más importantes que celebrar el amor con alguien que quizás mañana ya no esté. Otras acciones se llevaron a cabo de la mano de un amor que hoy parece desconocido, amor a tu cultura, a la tierra, a tu hermano, a la libertad.

En 1655 se produce el levantamiento indígena que ataca las estancias españolas del Biobío al Maule. Una muestra de amor a la propia cultura, tierra y libertad. Nada que ver San Valentín aquí. Ni siquiera la iglesia tiene mucho que decir que no sea dominar.

En 1879 comienza la guerra del pacifico, la ocupación de Antofagasta producto del desconocimiento por parte de Bolivia de los títulos de dominio mineros de los Chilenos.

Estas acciones sin duda son producto de otro tipo de amor. De uno que es un poco menos aprensivo que el amor de pareja. Menos egoísta que darle la mano solo a una o uno. Son producto de una solidaridad amorosa con un pueblo, con algo menos material que un ramo de rosas o un trozo de chocolate.

Solo me queda decir que no me molesta la efeméride del día de hoy, solo que estalla en mis oídos el recordatorio constante del mencionado día. Mi conciencia critica solo sabe nadar contra la corriente y cuando nadie se acuerde que algún día tuvo un amor, yo por mi parte seguiré buscándolo o en el caso de tenerlo me dedicare día a día a cuidarlo, a regalarle libertad para que me extrañe, a pedirle que no valla tan rápido, porque “lo que no tiene prisa se demora en alcanzarse”…

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