lunes, 9 de febrero de 2009

Santiago picante.




El edificio costanera center yace silencioso al alero de la ribera del rio Mapocho. Caminando tranquilos, como visitando una provincia desconocida recorrimos el parque de las esculturas, nos sentamos y abrimos el paquete recién comprado en un grow shop de providencia. El nombre del producto: Spice (de la variedad Gold). La nueva droga legal recientemente llegada desde Europa, su reverso dice que es una variedad de inciensos no apto para el consumo humano.

Como buenos santiaguinos y llevados por la curiosidad hacemos caso omiso de las etiquetas y nos aprestamos a experimentar lo que se comenta en diarios y revistas, y esto es fumar estos inciensos no aptos para el consumo del homo sappiens pero si para el homo psicodelicus.

Papelillo en mano y con la legalidad de nuestra parte abrimos el envoltorio. Primer paso, oler el aroma del producto. Conclusión: muy atractivo olor y de carácter inofensivo. Segundo paso, manufactura del cigarrillo. Su carácter esponjoso y la poca experiencia sumado al fuerte viento que corre en el momento hace un poco complicada la operación pero finalmente llevadera.

Como las tradiciones nos acompañan aunque no lo queramos, el relajo del pasto tuvo que ser cambiado por la velocidad de la urbe, puesto que nuestro ímpetu psicoanauta jamás pensó que un cigarrillo se enciende con fuego. Próxima tarea buscar un lugar donde comprar fuego para quemar un cigarrillo legal y novedoso.

Como las ansias a veces no dan tiempo para la espera, nos sentamos fuera de un edificio de providencia hacia el lado de la costanera. Allí dimos rienda suelta a la ceremonia de catar sabor, colocón y experimentación. La verdad es que nadie se espantó por lo que fumábamos, ni una mirada enrarecida o furibunda que diga sin decir nada “váyanse de aquí malditos drogadictos”.

Comenzamos a caminar por la costanera y recorridas un par de cuadras comienza a tomar posesión el producto en nuestros cuerpos. Un colocón suave y distinto es lo que experimentamos. Conversación interminable que siempre ocurre cada ves que consumimos algo para la emancipación de la conciencia. De pronto, a lo lejos, la aparición de dos chicos reality nos hacen aparecer la risa desmedida de un buen colocón. Las ansias por hacer de cancerberos y burlarnos de lo que llaman la carne de cañón de la televisión chilena no se hacen esperar. Los chicos reality se enfundan en sus lentes oscuros mientras la sorna de nuestras caras bulle como tetera hirviendo. Solo un momento duraría la experiencia. Los chicos caminan y nosotros tenemos cosas mucho más importantes que ver la cara de personajes sin importancia. Mi objetivo personal era verificar en terreno los espacios apropiados por la tribu urbana denominada como “pokemones”. Y la verdad es que me encontré con muy pocos y los que habían eran registrados por policías enfundados en motocicletas. La verdad es que el espectáculo me recordó muchas de mis experiencias adolescentes con los cuidadores de la ley y el orden, perros guardianes del orden establecido.

Spice sigue en mi cabeza, mis pies cansados siguen por la rivera del Mapocho hasta llegar a la frontera social de nuestra ciudad: Plaza Italia. Una suerte de bajón mental se apodera de mí dentro de un centro de llamados, miro hacia todas partes, me relajo y respiro profundamente, parece que la resaca que me acompañaba no era un buen elemento en nuestra exploración psiconautica. Con un poco de relajo todo pasa, nada es tan grave como para durar por siempre.

Feria del libro usado.

El camino continúa y consigo el viaje mental de la droga pública y autorizada. La feria del libro usado que por estos días se realiza en una facultad de una universidad privada nos cobija. Revisamos libros, nos indigna nuestra pobreza y las ansias de comprar muchos textos que parecen interesantes. Hay que ser selectivo y medir nuestros recursos. Finalmente la decisión se realiza: una investigación acerca del mítico músico argentino Tanguito, una breve biografía de otro gran personaje del sindicalismo chileno CLotario Blest y una pequeña publicación de época de dictadura donde se lleva a cabo la tarea de basurear al comunismo. Lectura de verano, fácil y de rápida absorción.

Epilogo.

Finalmente nuestro viaje concluye en un patio de comida donde nos damos un banquete para saciar el hambre irreconciliable que nos ataca. Santiago se ve igual de enfermo que en cualquier época del año. Filas para las cosas más inverosímiles y espurias. Desazón por la estupidez de las masas. Aglomeraciones para viajar hacia el hogar y finalmente el descanso santo del catador de bondades psicoactivas.

Un buen momento vivimos, pero queda la impresión que toda esta buenaventura solo fue propiciada por la compañía y confianza que nos tenemos con mi hermana. Spice para probar esta bien, pero no para consumir constantemente. No esta al alcance de nuestros bolsillos hacerlo cotidianamente, mejor preferimos correr el riesgo de la ilegalidad, caminar solo pasos para ubicar a un dealer disponible y viajar con el ya conocido viaje de una de las drogas mas estigmatizadas por el conace (corporación nacional para el control de estupefacientes) y de la que menos riesgos se conoce, de hecho estos son casi nulos…

Buenos humos a todos. Salud, libertad y revolución.
http://www.boosterblog.es

1 comentario:

Daniel Soto González dijo...

Buenos textos compare...los leere mas seguido jaja...una amiga una vez me dio de probar esa wea de "spice", pero en relidad no me gusto...me quedo con la ilegalidad no mas jaja..

Saludos washo y escucheme todos los dias en la Radio U. de Chile 102.5, donde estoy haciendo la practica. Hago despachos en los noticiarios de las 13,00 y 18.00 hrs ..

hablamos