lunes, 7 de julio de 2008

trabajo, trabajo, trabajo.

Se dice que quienes criticamos al sistema y tenemos una visión alternativa de la realidad, tratando de buscar las verdades inciertas que esconde la realidad, tenemos una sensibilidad especial con las injusticias. Hoy creo haber vivido una, pero contradictoriamente pienso que no puedo definir lo justo o lo injusto. Para solucionar esto les cuento mi realidad, juzgue Ud.
Trabajo para una escuela nocturna que arrienda un piso de un colegio para llevar a cabo su propósito, muy valorable por lo demás. Demás esta decir que su estructura nace a partir de la figura del sostenedor, quien realiza el trabajo administrativo y recibe las subvenciones del estado.
Para que hablar de las asistencias fantasmas y de los tiempos míseros para hacer clases. Demás esta decir que un porcentaje de los alumnos va y viene sin poner atención a sus responsabilidades escolares. El tema es que he faltado a realizar clases una hora por un día, justificando mi ausencia con palabras, nada más. No se me dice nada y al momento del pago se me descuenta mi falta.
Todo bien y cual será mi indignación se preguntara el lector. Y hay va la respuesta. He ido horas extras que jamás han aparecido en mi liquidación de sueldo, cumplo con anticipación con mi trabajo y me dedico a realizar clases y evaluaciones didácticas y flexibles, responsabilidad propia del profesor, pero que bajo ningún prisma es premiado con dinero o por lo menos se recibe un sueldo digno con las pocas horas a las que tiene acceso un profesor de filosofía como yo.
Al parecer la vida de los chilenos se ha transformado en castigar las faltas pero jamás en premiar el cumplimiento correcto de las tareas. Quien hace bien su pega o quien actúa con valores humanos en la vida es una persona correcta y a nadie le importa. Como querer seguir haciendo las cosas bien si solo a ti te satisface y eso no se traduce en medio pan más en tu mesa.
Mientras la plata que se me descuenta se justifica en la liquidación como un anticipo que jamás recibí. Esa misma plata que yo no tengo se traduce en otro pedazo de carne para el cerdo del sostenedor del colegio. El vive tranquilo impartiendo justicia económica, mientras yo duermo tranquilo sabiendo que hago las cosas bien y el otro las hace bien pero para el y no para la sociedad.
Que paguen justos por pecadores a la mierda. Hasta cuando una sociedad calla sus rabias. Hasta cuando me vendo para que otro reciba los frutos de mi trabajo. Solo porque tengo vocación otro weon tiene derecho a cagarme.
Estoy asqueado con este sistema de mierda y estoy asqueado de lo cerdo que es el sistema social en general, mas aun estoy asqueado de esta sociedad que no despierta mientras lo someten poco a poco hasta silenciarlo y que solo responde alzando los hombros y diciendo: asi es la vida poh profe…

1 comentario:

lanona dijo...

profe estoy totalmente de acuerdo con Ud.yo soy su alumna en ese mentado colegio.y es lamentable ver como los jovenes entrn y salen con 0 respeto ,si yo falto tengo que presentar certificado medico,y me atraso en aprender, los trabajos los presento a tiempo en todos los ramos mientras los demas no estan ni hay,se copian las pruebas con total descaro,sin mayor esfuerzo,faltan a clases,y no se inmutan,total igual les ponen presente,y el hombrecito bien catalogado como cerdo,se sigue embolsillando plata a costa de los giles que creemos que tendremos un futuro por haber estudiado 4=medio en un colegio que no conocen ni los perros,pero bueno es lo que hay y es como es